24 de febrero de 2008

Luz Dorada.

Entre mil aspavientos que atormentaban la tarde, de pronto del más remoto rincón surgió el aspaviento propicio para mirar por la ventana. Una luz atravesaba la persiana y fluyó directamente al corazón. Una felicidad desbocada, extraña y profunda sacudió mi vida en breves instantes que motivaron a mi cuerpo para finalizar en seco cualquier actividad propia de distracción. Solo un interés lleno el momento, solo un latido impulso mi corazón. Avancé sin premura para asomarme ágilmente y no desaprovechar el pequeño regalo que baño a la ciudad. Una luz tan calidad mecida entre el viento llenó de suspiros el horizonte y a todos bajo el manto del romance. Duro tan solo lo que tuvo que durar, y tan solo lo suficiente para poderlo retratar.


PD: Imagen lograda con la cámara de 2 Mega Píxeles de un celular Sony Ericsson W810i - El 10 de Febrero de 2008.

2 comentarios:

odris dijo...

“Uno, no vive una ciudad sino en su descripcion”. Wallace Stevens
una pequeña nota sobre tus croncas urbanas. saluds

Anónimo dijo...

Chevere el texto, pero cual es el mejor lugar contado aqui?