25 de enero de 2007

Luz Calida

Una luz muy calidad bañaba a Bogotá esa mañana, el bosque se iluminaba y de él desaprecian los demonios y las pestes violentas que amedrentan hasta los más fuertes y valerosos. En mi mano izquierda mi cancerbero japonés de nombre Yumiko, en mi otra mano el calor de la mañana. Por entre los árboles nos adentrábamos y la luz que se filtraba nos dejaba entrever el camino.

Cómo no podía estar más feliz… compartía con Bogotá una mañana tan calida que hasta el mismo Cristo Caído de Monserrate habría salido de su receptáculo de cristal para recibir la bendición del sol, la misma bendición que bañaba todo mi ser al tanto que mi cancerbero desprevenido continuaba en la búsqueda de un buen sitio; yo por mi parte, perpetuaba mi éxtasis por los mil verdes de las copas de los árboles en el bosque, mientras el canto de cientos de avecillas hacían de la mañana un coro angelical.

Finalmente razono a la sombra de un Caucho Sabanero que así como siento demasiado amor por esta ciudad, siento también demasiado amor por la vida que me dispuso a vivir aquí. Continuo mis pasos y en mi corazón queda el agradecimiento. Y en mi cuerpo la tibieza de aquella luz tan calidad que bañaba a Bogotá esa mañana.




PD: Imagen lograda con la cámara VGA de un celular Nokia 3220 - El 25 de enero de 2007

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho tu prosa, y aunque son fragmentos cortos tus escritos, dejan un buen sabor de boca.

Anónimo dijo...

Me gusta mucho este escrito ... ademas la fotografia permite sentir e imaginar cuando en las mañanas soleadas de Bogota uno siente esa energia interior ... cerrando los ojosm, suspirando y sintiendo la ciudad. Te felicito :)
Att. Diego