10 de enero de 2007

Evocación

Una evocación se cumple, sí y sólo sí el destino así lo quiere. Y aunque perdamos el espíritu de la fe, luego de algún tiempo toda evocación se cumplirá. Unas veces pronto, otras más allá del tiempo o la vida misma. Los deseos son en sí la más fuerte de las evocaciones y por estar llenos de alegría promueven prontamente la realización de las mismas. Ahora que contemplando aquel camino con la luz del primero de enero, llené de regocijo mi corazón, pues sé, la vida me ha colmado de mis propias evocaciones. Lo sé por esa luz tan hermosa que bañaba a Bogotá aquella tarde, luz diáfana y tibia; tan llena de calor, amor y esperanza. El camino me llevo a parajes conocidos pero contemplados ahora con otros ojos y con nuevos atisbos sobre mi propio destino; y también sobre mi propio yo, ahora, mi mayor evocación.


PD: Imagen lograda con la cámara VGA de un celular Nokia 3220 - El 2 de enero de 2007

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