20 de diciembre de 2010

que prefieres: lluvia o nieve?

http://sidenauta.tumblr.com/post/2389310075/el-agua-subio-tan-arriba-que-congelo-lentamente

Como un ser anónimo buscas algo más que una respuesta?

Si, analizarte por tus preguntas...

Si quieres darte a la tarea de analizarme… no por mis preguntas, más por mis respuestas te invito a que conozcas mi blog: http://sidenauta.tumblr.com/ y te des a la tarea de leer algunas de ellas, como por ejemplo mi última entrada que es una respuesta a una pregunta: http://sidenauta.tumblr.com/post/2389010724/cual-fue-tu-ultima-sorpresa Hazlo y luego de ti me gustaría recibir un feedback!!!

Como un ser anónimo buscas algo más que una respuesta?

2 de abril de 2008

Lo que me pasa, o a veces nos pasa.

Cierto es que en todo momento, o por lo menos algunas veces, nos preguntamos por el que nos pasa…


Ahora que no siempre estamos en la capacidad de responder esa pregunta.

Ayer en la tarde, y días después de la lectura semanal del tarot, me dispuse a escuchar la que es considerada como la mejor sinfonía en la historia de la humanidad: La novena de Beethoven.

MiniDisc en el bolsillo y audífonos puestos me apropié de la tarde y la niebla que cubría la montaña en Bogotá.

Una a una las notas fueron habituando mi interior, cada vez más presto a la melodía que atraía mi atención.

Todo estuvo bien, si no, luego fue mejor. El Allegro ma non troppo dio apertura a toda sensación. El Molto vivace cautivo más mi atención que aún era distraída. Pero el Adagio molto e cantabile noqueó mi mente y dejo por largo tiempo a mi espíritu como único capitán del navío que estaba a punto de zarpar.

Una vez lejos del muelle las lagrimas y la tristeza se convirtieron en el maestre y contramaestre de la aventura que se adentraba lentamente en el miedo.

Deje las amarras y levé las anclas dejándome arrastrar con la corriente de la propia vida que en esos momentos se hacia cada vez más presente. Las lagrimas fluían acorde con la melodía que se configuraba en la tonada más conocida aún sin ser ella misma.

Se hacia más oscura la tarde, podría estar navegando en otro mundo y otro tiempo a pesar de continuar apostado en el sofá azul de mi sala. En verdad el lugar se había transmutado ya que no era mi cuerpo el que existía sino mi alma libre de toda atadura.

Lejos ya, muy lejos de la orilla, inicio la tempestad, aquella misma que de mis adentros fluía, orquestada por el Presto, momento cumbre de la obra de Beethoven.

¿Por qué siendo la “oda a la alegría” de mi mismo brotaba tan insaciable tristeza?

Las lagrimas se trasformaron en llanto y la tarde en noche. Las nubes manaban en las cumbres de las montañas como largas ondas en un profundo lago… y yo, dispuse mi cuerpo para ser atravesado por Dios.

Energía pura sintieron todos y cada uno de los miembros de mi cuerpo. La melodía se hacia cada vez más vertiginosa y la energía, símil de un dedo en un interruptor, era más fuerte.

Mi corazón y no la razón me prepara para recibir el obsequio agradecido con antelación. Solté los brazos, abrí mi cuerpo y me dejé llevar. La energía se convirtió en vida pura que atravesaba mi cuerpo como agujas en una onda de choque.

Aún estando en el mismo lugar me había desplazado de mi aquí y mi ahora. Estaba en un lugar más amplio que mi propia ciudad, mi país o la propia tierra. Había podido ser, sin proponérmelo, uno solo con la existencia, con el fluir de la vida, con el universo, con Dios, quien se había convertido en un profundo mantra en mi mente.

El llanto se hacia inalcanzable. El miedo que había sido la estrella polar de mi navío se hizo presente. El cuerpo semiparalizado y retorcido tuvo que soltar las anclas para detener a mi espíritu que se encontraba atravesado por millones de presencias, vivas y muertas, más todas hermosas.

Pude levantarme y por un breve momento detenerme, respirar y poco a poco tomar más conciencia de mi mismo.

Deje los audífonos para dar paso al equipo de audio y escuchar con altos decibeles la melodía y su estrofa más recordad mientras en el volumen que colmaba todos los rincones de la sala y las montañas se enjuagaban las ultimas lagrimas de mi espíritu.

Y luego, muy lentamente pude descansar.


Hoy encontré la carátula del disco que ayer conmovió a mi espíritu, al leerla entendí la genialidad del compositor y la transmutación de mi interior: “Desde el primer movimiento, la partitura presenta una asombrosa complejidad estructural. Parece haber nacido de la nada, para luego afirmar su fuerza indestructible, surgida de una extraña libertad de inspiración. La enorme orquesta desarrolla sus temas de forma inexorable en el scherzo que sigue; los motivos se incrustan el uno con el otro, anunciando los colores del final. El tercer movimiento, adagio, evoluciona en un clima de inquietud y dolor, quizá un adiós a la vida. ¡Qué contraste, en efecto, con el finale de una duración que sólo se puede comparar con una sinfonía de Mozart! Los instrumentos de cuerda parecen exhalar un gigantesco “grito” a partir del cual se desprende el drama. El tema de la “Oda a la alegría” parece cada vez más claro hasta que se impone la voz más grave del cuarteto vocal “O Freude, nicht diese Töne!”. El poema de Shiller se convierte en un verdadero mensaje, interpretado por las cuatro voces solistas y el coro. La fraternidad universal aumenta en un inmenso crescendo.” Stéphane Friédérich.

Este pequeño esbozo ayudó a recrear con palabras aquella insólita aventura de la que fui preso gracias a la genialidad de un hombre, un humano, que se permitió fluir con la vida y la existencia.

A veces, muchas veces, nos preguntamos por el qué me pasa, o lo que nos pasa. Nos confundimos o enredamos buscando soluciones a los acertijos de la mente. Ayer pude fluir, como lo hizo Beethoven al componer y luego dirigir su propia sinfonía “vencido totalmente por la sordera” S. F.

De que otra manera, sino gracias al espíritu, puede un hombre componer tan majestuosa obra, gracias a la vida y también gracias a Dios, sea cual sea su genero, forma o tamaño.

Hoy puedo respirar tranquilamente, oír nuevamente la genial obra, y gracias a estas palabras recordar lo que en una tarde en Bogotá le sucedió a mi espíritu. Claro, recordarlo y tener la certeza de que no fue una alucinación, y mucho menos un juego de la mente… Ayer solamente fui.


PD: Imagen lograda con la cámara de 2 Mega Píxeles de un celular Sony Ericsson W810i - El 01 de Abril de 2008.

24 de febrero de 2008

Luz Dorada.

Entre mil aspavientos que atormentaban la tarde, de pronto del más remoto rincón surgió el aspaviento propicio para mirar por la ventana. Una luz atravesaba la persiana y fluyó directamente al corazón. Una felicidad desbocada, extraña y profunda sacudió mi vida en breves instantes que motivaron a mi cuerpo para finalizar en seco cualquier actividad propia de distracción. Solo un interés lleno el momento, solo un latido impulso mi corazón. Avancé sin premura para asomarme ágilmente y no desaprovechar el pequeño regalo que baño a la ciudad. Una luz tan calidad mecida entre el viento llenó de suspiros el horizonte y a todos bajo el manto del romance. Duro tan solo lo que tuvo que durar, y tan solo lo suficiente para poderlo retratar.


PD: Imagen lograda con la cámara de 2 Mega Píxeles de un celular Sony Ericsson W810i - El 10 de Febrero de 2008.

16 de febrero de 2007

Estrellas Interiores

Cuando miramos hacia las estrellas en la noche, no sólo estamos viendo unas cuantas lucecitas que parpadean incandescentemente, sino estamos viendo al universo mismo. Y cuando yo miro hacia ellas generalmente quedo atónito como cuando los lobos miran hacia la luna; en esos instantes realmente no me pregunto si hay vida en otros lugares, si acaso el universo tiene cientos o miles de millones de años, o si un cometa o asteroide acabara con la vida en la tierra; observo a las estrellas y solamente las observo, nada más. Es como ver a Monserrate, Guadalupe o al Colpatria. Uno pocas veces se pregunta bobadas, sólo se observa la esencia de las cosas; es decir, aquello que las hace ser ellas mismas y no otras. Monserrate es en cuanto es, ese es su principio. Al igual que Bogotá que no puede ser otra por que es ella misma. Es la estrella más brillante de todas y vivimos en ella. Es el origen de muchos de nosotros, nuestra casa, nuestra habitación, nuestro corazón. Es en síntesis nuestro universo que es alimentado por nuestros sentimientos y por nuestra felicidad. Realmente es majestuoso vivir en Bogotá pues si entendemos que ella es en cuanto un principio cierto, también entenderemos que nosotros somos en cuanto sus habitantes. Es por ello que cuando observo a Bogotá me convierto en un lobo que ama su morada.


PD: Imagen lograda con la cámara VGA de un celular Nokia 3220 - El 8 de enero de 2007

2 de febrero de 2007

Los Votos Bogotanos

Un sol totalmente deslumbrante bañó a Bogotá en el primer día de febrero, fecha en que se celebró por séptima vez la jornada del Día Sin Carro. Una actividad que ha sido, no sólo de ejemplo para el mundo, sino también de constante reflexión sobre el uso del vehículo y otros medios alternativos. Y cómo no pensar en dichos medios alternativos con un sol como el de aquel día, con 26 grados de temperatura y un viento calido y apacible.

Las calles estuvieron colmadas por gentes de todas partes disfrutando de la jornada, sonriendo placidamente porque este es el día del ciudadano, del transeúnte, de todo aquel que quiere salir a la calle y no sentir el atiborramiento de los vehículos, de los pitos y el smog. Todos caminaban muy despacio, sin presura, si afán. Disfrutando de esa luz tan majestuosa que conmueve hasta el más vil.

Lo más importante de ese día es esa sensación que quedó en el aura, de renovar año tras año aquellos votos que hicimos los bogotanos por nosotros mismos, por que somos importantes, por que somos los habitantes de esta ciudad, y porque está en nuestras manos el cambio y el florecimiento de nuestra Bogotá.

Todos los que disfrutamos del Día sin Carro revivimos todas nuestras evocaciones, todos nuestros deseos, todos nuestros sueños con la luz calidad de un sol majestuoso, que le regalo a Bogotá aquel día, su mas sincero y hermoso resplandor.


PD: Imagen lograda con la cámara VGA de un celular Nokia 3220 - El 1 de febrero de 2007

29 de enero de 2007

Remembranzas en la rosa de los vientos.

Recordé de inmediato la terraza de mi tía al noroccidente de la ciudad, en especial cuando aparecía la primera estrella y mi corazón se hinchaba de emoción. Me gustaba mirar al sur, hacia la salida a Ibagué donde vive mi Abuela paterna. También me gustaba esperar a que el sol desapareciera casi por completo, hasta que sólo quedara el filo en el que el día deja de serlo y pasa a ser noche. Hoy, década y tanto, regresaron a mi mente los primeros años de mi vida en Bogotá. Me pregunto ahora si buscaba algo en aquellos atardeceres, o si tan sólo los apreciaba por primera vez en mi vida.

Ahora, en otro momento totalmente distinto, en una ciudad totalmente fresca y renovada; regreso mi mirada al occidente, al lugar donde el sol se pone, y al lugar al que mis evocaciones se orientan buscando regalos y caricias infantiles. Hoy soy un poco más grande, pero como aquel niño continúo estremeciendo mi corazón con el atardecer, y por supuesto, también pienso y añoro a mi abuela en Ibagué.


PD: Imagen lograda con la cámara VGA de un celular Nokia 3220 - El 27 de enero de 2007

25 de enero de 2007

Luz Calida

Una luz muy calidad bañaba a Bogotá esa mañana, el bosque se iluminaba y de él desaprecian los demonios y las pestes violentas que amedrentan hasta los más fuertes y valerosos. En mi mano izquierda mi cancerbero japonés de nombre Yumiko, en mi otra mano el calor de la mañana. Por entre los árboles nos adentrábamos y la luz que se filtraba nos dejaba entrever el camino.

Cómo no podía estar más feliz… compartía con Bogotá una mañana tan calida que hasta el mismo Cristo Caído de Monserrate habría salido de su receptáculo de cristal para recibir la bendición del sol, la misma bendición que bañaba todo mi ser al tanto que mi cancerbero desprevenido continuaba en la búsqueda de un buen sitio; yo por mi parte, perpetuaba mi éxtasis por los mil verdes de las copas de los árboles en el bosque, mientras el canto de cientos de avecillas hacían de la mañana un coro angelical.

Finalmente razono a la sombra de un Caucho Sabanero que así como siento demasiado amor por esta ciudad, siento también demasiado amor por la vida que me dispuso a vivir aquí. Continuo mis pasos y en mi corazón queda el agradecimiento. Y en mi cuerpo la tibieza de aquella luz tan calidad que bañaba a Bogotá esa mañana.




PD: Imagen lograda con la cámara VGA de un celular Nokia 3220 - El 25 de enero de 2007

10 de enero de 2007

Palabras Insensatas


Si bien la evocación es un deseo que se cumple mediante la fe, la aparición de una misma tonada (1) en dos trayectos diferentes en Bogotá y en menos de una hora, me hizo reflexionar sobre mi anterior publicación o “entrada” en este blog. ¿Hasta qué punto aquella tonada tenía algo que decirme? ¿Hasta qué punto las palabras empleadas en la anterior entrada habían sido insensatas, pretenciosas o incrédulas? ¿Las habría empleado sólo para sonar convincente o quizá agradable sin estar conciente del poder de las mismas? – Estas preguntas tumbaban en mi mente mientras escuchaba por segunda vez en menos de una hora “Morir de Amor” de Miguel Bosé. Pensé: quizá evoqué un pensamiento que se tradujo en esa tonada. Primero interpretada por una chica que no era de por aquí, ya que la alegría de quienes íbamos en le servicio público la hizo festejar y decir: Que chimba esta gente de Bogotá. Luego interpretada por un joven que tenia menos suerte pues desatalajado de todo lo que traía encima no hacía más que molestar al público. ¿Por qué habría de escuchar nuevamente aquella tonada? ¿Qué tiene este aire de enero en Bogotá que nos manifiesta nuestras más secretas evocaciones? Seguían y seguían los tumbos de miles de preguntas en mi mente.

Igual, al final de la tarde hablé en la distancia con aquella persona por la que muero de amor y con una suave risa me contesto:

- Quizá esa tonada esta de moda.
- Sí, le conteste, puede ser así, pero sé que hay algo profundo y clandestino en esa tonada.

Aún no lo sé, igual estoy en Bogotá y la luz de enero traerá más evocaciones.

(1) Tonadas que surgen de aquel músico que se sube al transporte público diariamente y que mediante sonsonetes, algunas veces desafinados, busca algo de dinero.

PD: Imagen lograda con la cámara VGA de un celular Nokia 3220 - El 2 de enero de 2007

Evocación

Una evocación se cumple, sí y sólo sí el destino así lo quiere. Y aunque perdamos el espíritu de la fe, luego de algún tiempo toda evocación se cumplirá. Unas veces pronto, otras más allá del tiempo o la vida misma. Los deseos son en sí la más fuerte de las evocaciones y por estar llenos de alegría promueven prontamente la realización de las mismas. Ahora que contemplando aquel camino con la luz del primero de enero, llené de regocijo mi corazón, pues sé, la vida me ha colmado de mis propias evocaciones. Lo sé por esa luz tan hermosa que bañaba a Bogotá aquella tarde, luz diáfana y tibia; tan llena de calor, amor y esperanza. El camino me llevo a parajes conocidos pero contemplados ahora con otros ojos y con nuevos atisbos sobre mi propio destino; y también sobre mi propio yo, ahora, mi mayor evocación.


PD: Imagen lograda con la cámara VGA de un celular Nokia 3220 - El 2 de enero de 2007